sábado, 1 de noviembre de 2014

Estudiante de primero, una charla.


Conversando con una estudiante de primer año, de esas que hablan hasta por los codos, desfachatada, alegre, que tiene que sacar algún tema para conversar, pero que en este caso fue al revés, porque la conversación la inicié yo, se me da por preguntarle a qué escuela fue y cómo estaba integrada su familia, porque, si bien uno hace un diagnóstico inicial, a esta altura del año ya no sé ni con quién vivo, menos mis alumnos. Esto implicó que ella terminara cantando y bailando, pero, más allá del detalle final, lo importante de la charla fue lo vinculado con su escuela, sus compañeros y los aprendizajes.
Me contó que vive con su mamá y su abuela, en Belvedere, y que cursó su educación primaria en una escuela pública de tiempo completo en el Prado, donde tenían inglés, danza, teatro y natación, les daban de comer, etcétera. También me contó quiénes eran sus compañeros: en su lista fueron apareciendo los nombres de los mejores alumnos de primer año del liceo.
Un dato relevante es qué formación tienen los padres de estos estudiantes, ya que esto es uno de los capitales más importantes que un niño puede poseer, en relación con su educación; esto demandaría una investigación importante y no era el objetivo de esta sencilla charla.
Lo que sí puedo decir es que los datos surgidos de la conversación me permiten algunas conclusiones rápidas. En primer lugar, hablamos de una escuela del Prado, dicho esto en relación con el contexto social y su influencia, otro de los capitales educativos importantes con que un estudiante puede contar.
Respecto del aprendizaje, los estudiantes que ella mencionó están muy por encima de la media, en cuanto a la base que traen, y a la vez como punto de partida para adquirir nuevos conocimientos. En este aspecto considero que la escuela, con su particular organización de doble turno y actividades extracurriculares, contribuyó y contribuirá en gran medida a la formación de estos gurises, siendo un mojón fundamental para todo su desarrollo y proceso educativo.
Javier S.